Sobre el escenario su forma y figura, y la voz más pura, alta y cristalina. La diva cantaba con timbre de aldaba, daba sobre el alma... llaman a la puerta de tu corazón. La rosa corintia se aprieta en su pecho.
Escucha cadabra
cuerda de sesión
en la entonación;
la rica palabra...
Abracadantescos
Tercos de la magia, marcan fantasías
en la melodía que un día durará.
Que dura semana.
Y otra vez me llora, la señora esa
Mana la elegancia de su porte emana la rica fragancia de su voz ilesa besa como onda mondando en mis labios sabios mis oídos al rumor regresan piensan que se han ido, mido su insolvencia. Con la conciencia limpia de pensar manipulado Como lo ha jurado conjurando el ser.
Y en que idioma canta ya no importa nada es la melodía que quedada clavada en la voz calcada como cada eco... muñecos de nieve nos llueve y mojamos. En su ensayo griego ergo ya no importa.
en su corazón llaman a la puerta,
la diva cantaba con timbre de aldaba
a la voz más pura, alta y cristalina...
sobre su figura forma un escenario.
El mantel fenicio de su poco gusto.
Angustia latina de tina de vino, ya vino el borracho
ha hacer sus milagros en saltos de cama.
Ventisca ventral de misal de canto
en el sobre espanto de sentirlo todo
Modos de los saurios de arrastrarlo todo
Toldos para lagartos, hartos de las moscas
Sus sueños saltados
que dar a la vida
¿Quedarse o quedar?
Rescribir de grillos
sobre la ventana
la mañana pura
planta de la luna.
Runa renunciada que se abrió a sus sesos
Versos sobre helado, naranja o limón
de atención lo rico es su rico efecto
el amor y el gusto del disgusto mismo
mimosa del timbre de arañar cristales
comía diamantes, a veces cantando sucedían perlasVerlas era joya de apoyar secretos sin vetos del alma, calma de memoria La diva divaga que vaga que es que interés no canta sino mana gusto y a disgustos floja, coja de fregar. Llorar lo mojado. La escalera ciega, una gira adjunta
Le apuntó a la entrada que altar sus secretos.
son casi sonetos estos personajes
pajes motivados a su alrededor
para formar su sombra. Obra tenebrae
Tinieblas y alfombras
Placido Despacio en algún palacio susurró su nombre y a cobrar la entrada una bocanada
Placido Despacio en algún palacio susurró su nombre y a cobrar la entrada una bocanada
de su rapidez de llorar dinero.
Lágrimas de oro de los dinosauros
Dino y Sauro
Pláticus Tenebrae editor, del nuevo maldito.
Repito en el año con la voz de un siglo
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