Vaya telar de arañas dijo la viuda negra...
Oía llorar a dios, juro que no era un sueño, y como lloraba,
vaya sí lo vi con solo sentirlo, ardían sus remordimientos
con cada cada rayo lumbar al corazón de las tierras.
Así que aquí acaban las piedras del misterio,
añadir la luz dormida cuando despierta en la razón imaginaria,
la cama de armonías en la realidad los sueños,
cada ilógica dada al ser para servir una necesidad que no existe,
un fulgor que revive la explosión de su muerte,
cosmos existenciales en imágenes superpuestas
Portal de los mundos al mundo pared
En una postal propaganda pura entre la basura
escribió un poeta, en una tarjeta su obra coral;
La misma frase de todos los versos,
ver sospecha vista, revista a los pechos,
hecho al corazón, su amor de derechos
Piedras en la boca
Troca el retintín la gula
deglutir a la palabra toca
al retener la expresión de la boca
y al final por poca casi sueña el beso
Especie de flor que al final expone,
en lugar de frutos, toda su belleza...
Dado de aventuras de arrancar los dedos
Floritura vana, hermana osadía,
cuando lo tenía no era de este mundo
De croar de ranas de grillo y cigarra,
la garra en la boca que toca el poema
Me temo y quizás, miedos del después
Pobre con su culpa de su pena rica
A jugar que toca con toda la vida
Pesadilla y muerte del miedo a la vez
Despertar horrible al mundo de tierra
Como una catedral en un ataúd de cúpulas
Un agujero irremediable
Abierto a lo oscuro por dentro a lo negro que descanses bien
Un vientre de palabras poblado de dientes
Come el caparazón de cada historia como si cada uno existiera en su propia novela
No ve la luz, su verso de sombra
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