domingo, 21 de enero de 2024

Pacu chilló dejándolo muerto

 Y por donde miras tú visión diseca

Mirada mortuoria, la máscara seca,

peca de cara, blanca como el hueso.

Ojos minerales de sal de fortunas de pena y tristeza.

Un pozo sagrado cerrado al deseo, veo fantasías.

Y si me veías nunca me mirabas.

Yo era transparente tu ente en mi opaco


Paco Lirio y la lágrima artificial


Cuando sonreía como hombre del saco

Paco el asesino, tocino con cuellos, aquellos collares, miles en un cuello, delicada obra que se cobra en mal, muerte material de inusuales comas, hormona vigente de virtud insisto y existo y te mato. No trato con locos

le hablo de cuchillos


Le hablo de navajas en los nuevos tajos, le hablo porque sueño que con la voz tapo, tapón del alma el cuerpo estación, le hablo al corazón de un cuerpo de tiras puestas a secar, le hablo del degüello del hambre de ricos, le hablo del maltrato de un pobre sin filo.


Cantará la daga

de asaltar la carne

al pecho estrellado

que draga la muerte.


No insistas de hacha, despacha cabezas.

No le hablo de cosas eran formas vivas, servían un algo me valgo de ti, portal del diablo, puerta del umbral solo hay hombres malos, mire mis cuchillos todos


todos tienen nombre.


Baile de cuchillos en noches sin luna

Te invitó a su baile cada uno un muerto, suelto entre sus brazos, dedos complicados desuellan caricias.

Quiero hablar de espadas, hadas mensajeras


Pacu Chilla y la mirada tajante

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