Sin otra sustancia que la sustanciación de sus sequedades, que se deshace en la humedad y fluye en los padecimientos, y al riego desmedido de su lloros, los coros cristalinos del dolor, que secan con el alma su interior, que no puede pensar por que le duele y prefiere su duelo a la distancia, a la clara sustancia que se pudre. Se nutre de agonía y de fragancia, asume la elegancia con desdén, que puede la belleza o la bondad, si puede decorar los sentimientos, mentir para si mismo en escenarios, la vida de diario en un domingo.
Recuerdas no mas que marionetas, que lerdos verdad, lo que hace el delicado gesto de la compañía, los niños no deben estar solos, tienen que jugar con otros niños, no niños obligados que no quieren más que ganar y pegan por que quieren y juegan a odiar y tirarse los platos.
El lenguaje oculto de las cucarachas. Sobriedades borrascosas En cortina suiza, ya de sucia y verde, del amor que pierde todos los colores, entre los vapores de soñar un libro, entre los visillos se aflojan bolsillos que todo lo quieren si pueden llenarse, la clase de rico
Monstruosidades de un hombre normal pensaba un diablo, le haré yo poseso, y lo poseyó, con sello de besos, con labios de sallo, de ensayo vicioso, de mirar en otros, ojos que no ven, su tren del amor y esperando pierden horas de fracasos, caso de estación de aparca cobardes
¿Ataúlfo? Que nombre más raro dijo Eugenónides Limaco
El brujo, el gallo, y el gato, en el economato, mato por comer, la suerte menú de una hechicería, su nombre en la carta. La fiesta caníbal de hacerte invitado. Pacta Seguismunda muda del segundo, y anuncia que llama, y la casa se quema... Yema de frambuesa de tu corazón
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