El ruido atronador es que te tengo y pienso cada sueño que soñar que tengo que enmendar la realidad el rayo que se fue solo de trueno, y sordo lo que miras no es real es la vista animal que muere dentro al templo invertebrado de ilusiones. Tormentas tempranas a cualquier edad
La furia delicada de huracán se sienta en la ventana a tolerar de lo que fue capaz con tanta rabia que se oye su gritar naturaleza de fiera despiadada por respuesta Menta pura y atormentada en el ojo de una tormenta ¿Quieres otro té? Divago vago digo que juego horroroso
De llevar por casa su estar familiar y a la miel derecho del pecho colmena
A la buena hora de pasar dos siglos Dijo tan temprano su humano fósil Androme Darío en el desafío de pasar camello Mella espacial de ficción nativa viva en las palabras medalla de cuelga, su percha rota que ya ni lo cuelga. Huelga de guion de su libre espacio
Topacio lo crea y yo la creí y lo distinguí al oír sus mentiras tan prontas y nuevas buenas fantasías llenas de simplezas piezas complicadas tantas veces rotas y reconstruidas Era todo grietas vetas de su rostro Topacio creía su sucia verdad la piedad del ojo que sangra de triste
Y no era bella ella era preciosa, dígale una diosa, Topacio Lobrilla es semipreciosa, ella así lo ve...
Y si alguien la cree ¿Qué creerá ella misma? tan infinitesimal, solo su belleza tan superficial Resulta interesante su silencio que le viene a decir lo que le pasa Pasajera adicta a menor señal de manual de amor Sus interiores rotos la belleza agrieta, mírala la cara
Topaz la pendeja
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