La pira funeraria de mi ser que quiere renacer de las cenizas
Del diente delicado sobre el cuello que viene a desgarrar una garganta
Que viene de la trampa del amor en el frío ascensor de la razón que sube al corazón de los misterios
De nuevo entre el llanto ese oscuro canto de espanto celoso del cielo coloso de furia y anhelo el pelo en el viento y el aliento vuela Dos mundos contados para mirar tus ojos
y allí estaba Angustias sonriendo fuente, con un pedo vano cuando se compuso, la miró a los ojos que eran ya dos mundos.
Mudos y en la cama Retratos desnudos
Y de mis labios henchidos los besos me salen redondos, circulares, clandestinos, los versos me salen torcidos.
María, la madre y el hijo, el niño que era Jesús que va a morir en la cruz por pecados que venían.
Llevo a la tumba la flor, nueva flor recién abierta; como memoria secreta del entierro de mi amor...
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