Del tiempo en un verso
que dura un segundo
de aquel tiempo enjuto
del luto de un verbo.
Tempo cavernoso,
como eco y hueso
como hueco y roto.
Voto de esperanza.
De adoptar la paz.
De aportarla en uno.
Castigar al templo
por haber perdido,
la voz en el pueblo,
a rogar castigos.
Sufragar de ruegos.
Luego de aleluya, cuando un día mueras
fuera de tu vida, el cielo comienza.
Que normal depara, para un alma vela,
sobre un paralelo. Censo de fantasmas.
Paranormal fuere, de ese miedo astral,
como un ser flotante, platillo en su olla,
con cebolla llora.
Mora por llorar, cataratas rotas.
El proceso flota, como gota y gas,
notas más oscuras de cura de cedro.
Vierte como fluya, tuya por instinto,
por pintar la pena cuando suena el río.
Al pasar en barca se cargó al barquero,
la niños bonitos pagan lo que quieren.
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