lunes, 18 de agosto de 2025

 

Parda fue la lengua a la par que sucia,
que tierna su astucia como la desea.
En sus labios crea un millón de besos,
pesos de la mira que retira en perla
para verla siempre vestida de estrella.
Estela del ojo, párpado que crea
la vela en la luz de ataúd de horas,
de mora en el tiempo, su mancha escarlata,
la plata en la leche que cuece su pecho
su lecho materno. Lo tierno que muere.
Carta de una pena, solo sufre y cuenta que lo que reinventa es su amor secreto. Veto de sus ciernes sueltos en rosarios.
Y obligar al llanto, un timbre de encanto que salta a la nota, en su copa alta se bebe la entraña. Y escuchar que llora, que mora el cristal, que doblan los ojos como dos puñales. Llaves de lo ciego para cerrar las puertas. Ya ve que no mira luego lo detalla. Talla de la mora.
Botes de compota. Vomithadas. Hadas taciturnas se turnan la flora. La flor de la arcada. Destaca la daga. Lo draga y lo mata cuando se enamora.
Morador del sueño que brinda la entraña.
Y canta con lupa que la culpa agranda.
Demanda el lamento, reír sin disculpas.

sábado, 16 de agosto de 2025


A la voz sin canto que cuida 
y lo sabe que tiene la llave 
de la situación, la canción 
seguía con alevosía a injuriar.
En alto la escala recrea como 
la marea de sirena y llanto.
Cartón poesía, lotería y alas.
Y salas de fiesta para amansar las bestias.

La voz fue somera y entera su calma,
que sirve en la capa como cata alta,
que salta en las notas y aquello que brota
es el sentimiento. Lamento inducido.

Es pura y fue casta, su timbre de escarcha
engancha el ensueño, trinos boreales,
coros celestiales cantando al demonio.
Al servir los ojos, al antojo jura 
que en la mira pura todo son tinieblas, 
y tiembla la sombra.

Al ser que lo siente de puro asentir,
descifrar el mundo cómo enamorarse,
y morar de amor como flor de toma
que sirve en lo vano, toda su belleza,
alteza en el sueño de su amor rendido,
colección de ruidos declarando en pecho.

viernes, 15 de agosto de 2025

 

Alíen de viento siente en la garganta,
algo que le canta y encanta a la gente,
al ente del ser conocer quisiera usar
la manera de hacerse querer. Conceder un pero.
En lo mismo espera, la misma manera de empezar a amar.
Alíen de la culpa que usurpa los cuerpos
que ocupa en los huesos cada cumbre en piel.
Pasa por la casa como un pasajero, pajarero canta.
En la jaula santa, que lo ve crecer.
Nace en las estrellas, bellas y falaces.
Fauces del vacío. Llanto en catacumbas.

lunes, 11 de agosto de 2025

 

Luna Roja de Octubre, ubre de los cielos,
cubre y se despoja como hoja abierta,
partir de la carta que parta en pedazos,
al trance en placer, al ceder que danza
que se le abalanza como lanza en carne,
como lazos de ata de almas desatadas.

Dados de los dedos que cargan las manos.
Humanas caricias cuando te atropellan.
Lo fatal opera y espera en la casa
a lo que fracasa y saca un cuchillo,
luego hace membrillos con jugo de sesos,
y le da dos besos, lo pone a cocer,
con placer hechiza, al olor estima
que escatima en flores,
aquellos colores de la percepción,
en la anunciación de la voz copiosa,
que posa en la escucha, mucha seducción,
su aliento lo llena que pone la flema
lo que fue prefecto que al rato se ojea,
así lo desea como fe de objeto.

Nostromo, la copla, la sopla estelar. Telar de brillantes que engarzan la culpa. Como una sospecha, sin fecha de boda. Su entorno de aro, de amparar anillos. Castillos de sueño de las catacumbas.
Es posa en la rima que escatima en lengua,
y el aliento pesa que fluye en la boca.

  Parda fue la lengua a la par que sucia, que tierna su astucia como la desea. En sus labios crea un millón de besos, pesos de la mira que r...