Érase no sé que hacer que se fuera
como la primera de su cementerio.
Un cuento con canto, un llanto de pago,
al dolor lo intento, en el movimiento
de sentir pavor, mira del horror que al tenor fustiga,
que latiga el alma con calma voraz su perseguidor.
Llora cuando truena.
Sueña que le encanta, la planta del piso,
que pide permiso para residir,
redimir fantasmas, hablar con paredes,
mirar las redes por si caen los peces,
hablemos del vino, divino borracho,
al trago marea, al milagro pan
para bocadillos en sacos de Peter.
Los pequeños muebles de las maravillas,
secreter curioso para objetar los miedos,
dedos pequeñitos, verdadera magia,
pagar con caricias, Alicia y un gato,
un trato al ratón para comer paella,
de pobre conejo, se llamaba arroz,
atroz y gratis, cobra cuando muerde no.