sábado, 3 de abril de 2021

El caracol y el poeta

 

Pletina de sol, alumbra y desvela,
la persiana sucia, sus rayos le cuelan.
En la sala de estar, el polvo se muerde,
y en un arrebol parece dorado y
el mundo callado vuelve a ser de oro.
Para el habitante ya no hay alegrías,
ve pasar los días, prístinos e iguales.
En la catadura de muerta esperanza,
en su hinchada panza, todo son pellejos
y se ha vuelto viejo con cincuenta años.
En mañana nueva, la vieja tristeza,
la lenta pereza que ondea en su alma.
Con el agua sucia de un café manchado,
desayuna triste con sabor humilde
de un poeta olvidado. Tiene un nuevo
verso, un poema roto; que a un cielo devoto
de su mundo ignoto, que lo ha castigado.
Pletina de sol, quieta en la penumbra
cuando el mundo alumbra; un mundo vacío.

Caracol de sueño que en noche recoge,
sus mocos precoces, sus sueños atroces,
de verse en arroces frente a un gran palillo.
En la vanidad que ofende al poeta,
si el hambre violenta en sus versos cuenta
que este astro ardiente enciende el infierno
y este caracol no verá ya el sol.
Pletina de luna, que alumbra el espacio
de una concha hueca encima de una hoja
de un poema escrito de un autor maldito
que murió de viejo con cincuenta años...

No hay comentarios:

Publicar un comentario