En sutil memoria que guarda el presente
el ruido de gloria del agua en la fuente,
el trino solapa el día y la noche, jilgueros
o búhos o cantos oscuros de lo que nocturno
se evade a los ojos. Se escucha la nada
que queda callada presa de la ausencia
y en quieta ignorancia queda la fragancia
de lo que se escucha si pones la oreja...
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