Siendo un perdedor que está perdido
que no encuentra el lugar que le haga sitio,
un socio enamorado de sonrisas
de tardes de amistad que no hacen prisa.
A riendas del amor del escapado
un día de valor no hace un pasado,
si no es un existir se va viviendo
y a base de sufrir amar el miedo,
no quiero concentrar la madrugada
en la espina dorsal de lo universal, querido y amado.
en el camino solitario donde buscabas el amor
en la percepción antinatural de la vista de los elementos
cuando el destino no es ambicioso se muere de pereza
y la solución fue una fallida respuesta...
La rata llama a la puerta
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