Este fracasado que compone versos
con su voz alcanza la quieta templanza;
recita poemas. Musicalidad, belleza aplastada
y el impulso fuerte de crear la muerte, fuente
de sus penas y si en un instante con tiernas palabras
habla de nosotros al saber que calla, cuenta con
silencios que se ven en los ojos, que acoplando
el ritmo anuncia en los sueños altos precipicios
y con ilusión de ser, compartir el licor de bruma
que hace arder la pluma, corazón de nido
del ultrasonido que esconde el poema.
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