él miró un momento con ojos de escombro.
Nada puede hacer sino certificar su destino
y en un alto del camino se entrega por última vez.
El llorar curioso de apropiado llanto
de quejido propio de lo que ha quebrado
de gritar profundo en un eco usado.
Lucecita sobria de amparo de luna, esta noche hay bruma para el que lo sueña, llega en el silencio, te ampara e implica, que aquello radica,...
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