Una noche sucia
Una noche sucia empieza el poema
en la sombra turbia el tiempo denuncia
la puesta en escena:
Alquitrán y venas, penas de cigarros,
las uñas oscuras como el que las pinta
de teñido barro...
En la ociosidad se veneran suertes
y el tipo de aquí parece vivir pensando
en la muerte. Sale hecha una furia
con odio y con ira, un imán de negro
con voz de mentira que atrae al diablo,
con la sucia treta de la pegatina
(un corazón de chicle con una burbuja de sangre de tinta)
Y atrapada tiene en la sucia noche
en el maletero atada con miedo
en lenguaje eterno de lo subconsciente.
No pidas sus uñas arrancadas de cuajo
ni sangre en los ojos de colgar de abajo
ni pidas dos ratas hambrientas de carne
ni pidas a Dios porque sabes bien
nadie va a buscarte
no contar las tripas ni el eviscerarse
ni trozos de piel puestos a secarse...
Corazón de lata, lámpara de ojos,
ya puede vivir para conseguir
siempre sus antojos, y una noche sucia
termina el poema; de lo que hace el tiempo
a las azucenas...
Una noche sucia empieza el poema
en la sombra turbia el tiempo denuncia
la puesta en escena:
Alquitrán y venas, penas de cigarros,
las uñas oscuras como el que las pinta
de teñido barro...
En la ociosidad se veneran suertes
y el tipo de aquí parece vivir pensando
en la muerte. Sale hecha una furia
con odio y con ira, un imán de negro
con voz de mentira que atrae al diablo,
con la sucia treta de la pegatina
(un corazón de chicle con una burbuja de sangre de tinta)
Y atrapada tiene en la sucia noche
en el maletero atada con miedo
en lenguaje eterno de lo subconsciente.
No pidas sus uñas arrancadas de cuajo
ni sangre en los ojos de colgar de abajo
ni pidas dos ratas hambrientas de carne
ni pidas a Dios porque sabes bien
nadie va a buscarte
no contar las tripas ni el eviscerarse
ni trozos de piel puestos a secarse...
Corazón de lata, lampara de ojos,
ya puede vivir para conseguir
siempre sus antojos, y una noche sucia
termina el poema; de lo que hace el tiempo
a las azucenas...
Una noche sucia empieza el poema
en la sombra turbia el tiempo denuncia
la puesta en escena:
Alquitrán y venas, penas de cigarros,
las uñas oscuras como el que las pinta
de teñido barro...
En la ociosidad se veneran suertes
y el tipo de aquí parece vivir pensando
en la muerte. Sale hecha una furia
con odio y con ira, un imán de negro
con voz de mentira que atrae al diablo,
con la sucia treta de la pegatina
(un corazón de chicle con una burbuja de sangre de tinta)
Y atrapada tiene en la sucia noche
en el maletero atada con miedo
en lenguaje eterno de lo subconsciente.
No pidas sus uñas arrancadas de cuajo
ni sangre en los ojos de colgar de abajo
ni pidas dos ratas hambrientas de carne
ni pidas a Dios porque sabes bien
nadie va a buscarte
no contar las tripas ni el eviscerarse
ni trozos de piel puestos a secarse...
Corazón de lata, lampara de ojos,
ya puede vivir para conseguir
siempre sus antojos, y una noche sucia
termina el poema; de lo que hace el tiempo
a las azucenas...
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