La ligereza del amor que se abandona como quien se despoja de su vestido y a la luz de la carne, los deseos los sonidos chapotean quejumbrosos en la sombra de un olvido silencioso.
La sed y la furia, a la vez en rabia, que la carne anhela solo sirve viva, liba su lenguaje al primer mordisco, un disco de lana, que escu...
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