No le sale a cuento rendir el momento a la voluntad capaz de sentir que al vacío lleno que bueno es el veneno de su mal, tú solo salta y sal de tus demonios. La línea cuando es fina y divisoria. Canción fronteriza que mueven las bombas. Como tumba y ojo, de la muerte ciega.
La vida es pequeña y la muerte grande así que este hambre desde la niñez es dejadez de lo humano, y en vez de rosarios o ser la canción poner el corazón en el reclamo que yo amo a toda costa la ocasión que tuvo el corazón lleno de oro de todo aquel tesoro de bondad
que tiene realidad en el infierno el templo que contenta toda fe de aquel que se fue por los laureles deles el cielo y quédese con lo que tenga de tierra. En su casa rumba la tundra fantasma, mármol fortuito. Contador de tumbas de culpa de bombas. En cada tierra una guerra.
Ergo cada uno cuando eso se muera. Cataplasma y miedo por medio del cacho. Ya basta, por bestia la abata como cervatilla. Sillar de la muerte por la suerte viva de su evolución que es acción retraso del paso hacia atrás... como los cangrejos sin sueños de ollas. San Wiches
De langosta de angostura rema como la sirena de la voz lunar que piensa en la sal salir sin parrilla solo sal y salta no falta comida. Todo lo envenenan. Sidra sideral falta el chuletón. La intención completa, meta por favor. Menuda inocencia, menudencia rima. T rama, y odia.
Prosodio y promedio de lo prometido. Por pura y por blanda como blanda el agua. Por su cauce seco le adviento que el alma como calma tiesa ve su brillantez y la vez la sienta como muestra y culo de culpa en la nalga. Salga por favor y otra vez la sal, salta.
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