Y es verte y ponerte color con cuatro palabras, ay cómo me labras en tu corazón; con razón te quiero. Hay entre tus ojos un puente nariz de apariencia chata de una cordillera. Mama sobre el pecho la suerte en la boca, la que a ti te toca es cielo en mi techo.
Te hice mi hogar, rogar compañía. Un cuerpo fantasma que vive mi vida. Que decida en mí, el amor no acaba sino de empezar. Puede que en nosotros, crezca una ilusión larga entre la sombra, y el cuerpo es alfombra que limpia tus pasos. Para nadie quiero lo mismo que a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario