Y luego al terminar no nos reciba. Si ve que entre saliva viva boca que tal vez se equivoque si lo nombra que obra en el regalo clandestino de lo que hizo el camino por seguir que brindes recibirte en el amor como aquel cantautor avaricioso al poso de su lengua que declama
que ya no puede y ama, llamador, ya mayor y sordo ¿quién será a estas horas? Yo que se las cuento, pero ya muy tarde, pronto para morir a las dos en punto. La flota del pelo que el calvario nota.
De todo aquel retal de sus asuntos.
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