Cantaba una pena
estrena un lo siento
que voy al encuentro
de mi horror secreto.
En medio se calla
le salgan palabras
para que se vallan
a ensayar la boca.
La broca es la lengua
que al cuerpo perdura
como gracia magma
magia perforada.
Hoyos y joyas, pozos del tesoro
en entornos muertos, pozas para hollar.
Cantera de mueble que viste el espacio para el que se crea.
Ya sea en el cielo o al suelo que entierra.
En tierra el baúl de guardar misterios, de cartas secretas.
La entrega sin muestra de la niña perla.
Si sostener el cielo es invocarlo
qué piensa al recordar reconocerlo
que viene a refugiarlo por quererlo
así como ofrecerlo en el amor.
Capas tercas. Cercas del refugio de la última piel.
Artificio especial, la sal de lo dulce que al gusto es sensual.
Olor a carroña
Carantoña y sarna de usar sus caricias.
Siempre aterradoras. Dos moras del miedo.
La saña de enseña que infecta y te mata.
Rabias aterradas roen las desgracias.
Agua de cloaca, de Parco Gabán
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