miércoles, 12 de marzo de 2025

 

Entrar en el verso
como fuerte escucha
sabio de la lengua
en sus labios lucha.
Escucha la voz
que a la vez te llama
porque en cuanto diga
llegará a tu alma.
Yo no sé de encanto
que sé cuanto quiero
que el amor primero
dio voz a tu canto.

Me encanta y encanto.
Tramas de la lucha,
la ducha en el llanto,
el viento que lleva
el peso del cuanto.
El algodón y la sangre.
No volveré a pasar el alambre.
Establo o es tabla, algo de una res.
Interés de vaca, de saca de rumia.
Como un matadero, para hacer fortuna.
La verdadera piel.

Que alfombra la carne
es vena y es cieno
de pena venosa,
esposa y adicta
del dictar sus cosas,
la prosa del verso
directo a la lira
delira en persona,
la coma en la boca
que retoca un beso
que las lenguas trotan
semi desbocadas.

Las lilas de mi tía Petuli Pan, para un día.
Alquimia y cariño de contar un cuento.
Érase una vez, que a su vez se fuera,
cuando desespera su temperamento.
Un jardín de muñecos en su floración plastificada.
Las tilas de Atila y café, usted cual prefiere.
Las aguas de flores.

La tetería de mi tía Anizeta, con zeta.
El seno en la sueña que empeña un pezón.
Lametón del mundo, fundo chupetón.
La tentación de los temores.
Flores para el entierro, de primera mata.

Caza y presa, expresa el horror del divertimento, matar a reírse para irse a mear y secar las penas. Pisar azucenas por tener derecho. Lecho de asesinos, jueguitos de tronos, tronitos. Quitar al dragón la llama en la noche cuando el cielo es cama, escama de hiel.
Hostel II

El hotel de las habitaciones del pánico. La 312, la siguiente a esa, de bañera y sangre y espejos de sesos de beso y pistola. Y un niño y el ascensor de la sangre, venas paralelas, gemelas sigilosas vigilan silenciosas los pasillos. Croma y un camión de sangre.
Para hacer dos tomas.

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