El tiempo se dobla, es libre este verso,
el mundo complejo es onírico y vago.
En un plano aparte, el arte de amar
como separar el amor y el odio.
Aliento regresa que besa al momento
que acaso no es tiempo de infinitos labios.
Todo es relativo, todo es maniobra.
El arte no cobra solo obra y da, solo toma parte
de la misma vida, uno nace artista, la arista le quema.
Torquemada hay brujas vamos a quemarlas.
Aguja que cose y engancha en su hilo, al filo le encanta.
Es sueño u olvido u onírico el llanto. Espanto torcido.
Es cuanto dormido para qué despiertas.
Si al soñar no siente tanto tiempo hundido.
Colección de cuentos de eterna afición de sufrir por otros,
de sentir encuentros en terceras fases,
de flash abducido renacido en perla.
De la luz sin cuerda que acuerda que ahoga.
#VersoValhalla
4 Platos y platillos. Abducir con setas.
Aquellas mesetas del renacimiento.
Al cantar el gallo todo el gozo es caldo.
Y saldo en fideos, a la sed que importa.
La torta de crema. Los nombres del guiso.
Compro miso, a veces guisantes.
5 Los quintos sextos, del primer infierno.
Tiernos sus horrores, flores del dolor
la herida decora como sufridera de la misma planta,
santa la raíz y el matiz de tramas, ramas del ensayo.
Una de dos, de dedos dorados, caricias o joyas.
6 Pies de cama, siete días sin sueños.
Un mundo sin rumbo sin funda y lamento,
aumento en la rima el carisma triste.
Lo que renaciera para rematar.
7 Llueven gatos y gotas que arañan
patrañas y telas de la piel desnuda.
Huesuda la luna que no suda sana,
le ve la manzana solo su gusano.
Manos hechiceras, llenas de tu tacto.
9 Pendencieros, ocho sin justicia.
A la santa llama que cama es la iglesia
que el señor te ama, y luego confiesa.
Altar desmadejado, que ha dejado eso
a la vez ileso a la vez ya muerto.
Despierto a dorarlo, a dar con recelo.
Ochocientos verbos.
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