Que sale del labio para reprimirlo,
cómo protegerlo, cómo confundirlo,
mirlo demoniaco, canto desparejo.
El mundo a lo lejos no siempre es más cerca.
Cerco de los cuerpos de la carne acerca.
Surca de los celos y el cielo se luzca como nunca más.
Velo deslavado.
Al sentir la rima que la misma encaja
y la voz trabaja todo su candor, con pudor
y culpa, como cata y culpa, de aquello escarlata
descarta la suerte de letra primera, una primavera
la vez lastimera se esmera de amor, de sentar terapia
cuanto quiere eterno, infernal acoso.
Entre versos sueña, que muere por dentro
entrar para ver, sostener etéreo, la vida de fuera.
Al sonar espía, espiar lo sabe, que abre sus ojos,
y a todo el que mira, la razón desgarra.
La delicia mora por demora atiza como tiza albina
al verso enterrado le ha borrado un quiero.
Suerte que te engaño, a veces te extraño
cuando no apareces, a veces antaño.
Y sé que me meces por hacerte daño
saber que lo fuerte es ver como ensayo
y cuando te miento en un escenario,
el aniversario cuando te morías, te regalo flores.
Color de la tumba, oscuro reparo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario