Trajo la piel que esconde es un cambia pieles solo es un pellejo por dentro es un monstruo. Se cambia de persona como una máscara de su ser despojarse de un vestido sucio y refugiarse en el palacio de su carne
Cada piel, una historia, cada rostro, un disfraz. La verdad, su memoria, en el baile de máscaras, jamás
¿Quién es, si no el reflejo de mil ojos que lo miran? Un eco en el espejo, una sombra que delira. Mas al final del día, cuando las máscaras caen, solo queda la poesía de aquel que a sí mismo se traiciona
Vela mira que vela la tela cansada dejada a la muerte ve la que no ve que enciende la tela, que vela las llamas. No me fío nada todo desafío ¿Por qué entonces caigo? De adorar la magia plagia fantasía tosía de hechizos de rizos de pelo que ahogan la cara su máscara b
Mirada mortuoria, la máscara seca, peca de cara, blanca como el hueso. Ojos minerales de sal de fortunas de pena y tristeza. Un pozo sagrado cerrado al deseo, veo fantasías. Y si me veías nunca me mirabas. Y por donde miras tu visión diseca
Espejo divisorio de la mente inténtese mirar el lado humano la máscara mortal de lo que siente e intente deslucir una sonrisa que acierta a deslumbrar a los presentes
Cargo de conciencia, libre como hueco, un hombre o un ente que se siente humano, y no alguien malvado dispuesto a mostrar, la máscara de monstruo que lo favorece, y lo hace exquisito y se lo merece, y así se engrandece por sentir deseos y hacerlos horribles, puede ser cualquiera
Se plante como implante de su ser que puede parecer parasitario que le de incendiario en el placer que vaya a envejecer entre su cama que ama porque llama y juramenta que aumenta en la carne todo el jugo al uso refrendado de la boca que no equivoca el roce de la lengua
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