Sonríe le dijo, no volverán a matarte nunca más. ¿Por qué no le creyó?
Y como un tajo en el rostro toda una hilera de afilados dientes, así de indiferentes en tu cuello.
Y al agíl en lo fragíl rematé, que facíl fue matar su quebrantez...
Voltear el duelo que el rigor lo encubre que cubre y que tapa como majadero del primer regalo. Y esta voz se corta adopta su duelo a contr...
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