Mermelada de la fantasía mima por melar, celo de deslengua, de mengua de besos, corazón de pesos de sentir las pieles fieles porque engañan por amor sumido como el recorrido de su sumidero certero y capaz, capataz de un charco, barco para hundirse, perder horizontes,
el tiempo horizontal de las delicias, mil noches más. Renacimiento gótico al clasismo hiperbólico de los misterios, el renglón del arreglo, gala de galones, polos de las palas, alas sin comercio el cielo descubren, encubren las cumbres de lo ventajoso de ser borrascosas.
Ghothic gotita, que tirita de cristal, lacrimal grimoso de su repertorio como el llanto casto de virgen mortal el idioma malo que se entiende a gritos, ritos y rituales de fieles y hechizos porque magia es tiempo, gótico bonito.
Preciosismo mágico de una manera horrible.
la veleta de la lengua en los labios concertinos en los besos bizantinos en la veta de su boca a la roca de la mengua a la cueva sin hogar que atraviesa la garganta y le planta lo que ha hecho con su derecho de amante con el guante delirante de los dedos, de dos sometidos,
Impacto y caricias, unas delicias maravilladas y las risas del afecto de efecto inmediato. Diapasón pasado de algún corazón en la peor canción del mundo. Mudo y mudas. Sudo y mudas. Musas huesudas apenas para caldo. Potes y potinges.
"¿Por qué no es real la magia si en el espacio es lo que se siente?"
Con el tul del horizonte estrangulaba la tarde el alarde de una estrella que a la vista la primera, primavera de la luna en su cuna de presencias. En ausencia como nueva que en la vieja sus tinieblas, lunática decencia superior que tiene el escritor un plenilunio.
Después de relegarte a contemplar que no puedes mirar entre sus ojos que entran sin querer aparentar que alguna vez sintieran su presencia.
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