Y rítmico, elegante y melodioso, que solo es el asolo del poeta.
Que metro al sentimiento o calidad, si tiene cavidad en los misterios.
Si siente el infortunio del amor, que viene de escanciar en su contento.
Si tienta con el viento un terreplén, que todo tutiplén de los sentidos le vienen a llamar desconocidos. Col y flor y una caracola. En una cazuela se hechiza el café, su hervir de palabras.
Y sabe a intemperancia lastimera, a espera relevante de la magia, que supo en el deleite la pasión, como suposición de galopantes.
Antes o después, siempre en el amor. Como un observatorio que refleja y deja como espejo de su ser, que solo es el servicio de una cara. En Ankara, otro cara dura. Y en Estremadura, dura por real. No le sale a cuento es inoportuno. Como el proveedor de sus calvarios.
Y críptico, y galante sentencioso, que sabe del acoso y desespero, el pero en el infierno de seguir, si va reconstruir lo destruido.
La crítica real es sobre espanto, del llanto de la moda que lo mida. Mimí Yoyó y el ego legado. Todo era suyo por necesidad. No habrá paz para los poetas. Piruletas verdes hacen piruetas.
Sus prados azules de textil del cielo, al velo del pardo que guarda las pieles. Millas miserables y el guarda raíles que leía en braille. Baile para ancianos y asiento ataúd, salud del vampiro. Ahorros hoyados, tirados al pozo, el gozo agujero. Y dijo Ana, Frank se me antoja,
si muero mañana, ¿quién hará el café?
Ya ve mi deseo, lo veo en usted. La mirada que por dentro te fustiga e instiga a remirar por donde diga.
Halo de alopecia, y entropía calva, malva dos, y malvados. Falta algo, corazón; la razón no late. Eso era chocolate. Deme dos calientes.
Bar Baroja, la Pan antoja, una pantomima; mira como un parto, en un cuarto crudo solo rudo polvo. Morbo monacal, saca sal al canto, me encanta salado. La casa tenía, un pasillo largo como de ganchillo. Un castillo ancho como de palacio.
Mis pequeñas promociones. Premonición y adulterio. Imperio y melisma, me lima la caja. Heliotropos constantinos van brotando en el camino sobre el margen de un nosotros; a imagen y semejanza, imagínate… Canta mandarina la boca de gajos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario