Estrépito aturdido del desgarro
se sirve del sonido que lo envuelve
y asiente en la razón incomprendida
la vida solitaria de las plantas.
Suplantas del viaje a florecer
que viene a sostenerse en esta tierra.
Encierra en la razón de sus miserias
aquellos los misterios que destierran
aquellos los demonios que dialogan,
abogan a remarse hasta decir, que
van a consumir porque se ahogan.
Ciaboga de un túnel que ondea la luna.
La cuna y la nana y la voz extraña,
que araña los miedos corroer entrañas,
doble de terror al horror maestro,
la labor siniestra que trabaja el miedo.
No libro hoy ni mañana pasa la página.
Al margen le habla como imagen sorda.
Reliquia divina en un santuario.
Como un relicario de apuntar milagros.
Sagrado lo besa lo espesa en saliva
que liba la broca paladar gustosa
que cosa a su boca la gruta a la vida
tupida a la lengua que tuerce vencida.
La vida retraída de las plantas.
Geranios en el limbo de la casa.
La flor de aquel amor decorativo.
Perjurio y orgullo, péndulo sin flujo.
Luto de amatistas. Gemas de los ojos.
Asentir lo bello como pura bestia.
Los muros de la casa son hogar
de afuera va a pasar a lo que ama.
El cuerpo que prescinde de su alma
y quiere lo que tiene cuando mora.
Así lo que enamora es la pasión
que no es la tradición cuando fracasa.
Casa y algo más que alquiler fantasma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario