Sueña en el peligro, abrigo y desnudo,
a la vez ayuda a eludir la ropa. En la piel
desnuda el hueso hace carpa, a la luz despierta
solo sea puerta de abrir a la muerte.
En la cama turbia que enturbia los ojos
antes del antojo por su cuerpo dura,
elixir de suda que muda al placer,
que puede no ver o sufrir y verlo,
cada vez peor, del sopor al miedo,
del temor reseco que se sirve al eco
de una melodía que resuena a hueco.
Campanas vacías, tañían despacio.
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