Contornos nubosos, cumbres tormentosas,
cumplir sin señales en el andurriales de sus desafectos.
Oprime el poder tanto contenerse,
puede la distancia ser interferencia,
la radia la ciencia, la conciencia plena,
lo tensa y lo suelta que sueña y sucede,
que cede en intenso, lo templa de gozo,
del roce en la calma, que al alma se asienta
y yace y alienta que alimenta el ego, al riesgo
el ensueño que el mundo es pequeño
para tanto cariño que se queda el dueño.
Rococó siniestro de nuestro poder.
Conceder un verso.
Por la torrentera una vida eterna
por cauce corriente de la carretera,
en su cuerpo suelto que al cariño enjuicia
la tensa avaricia de su fe supina.
Inclina a tomar a recoger lo infecto
a ultrajar el cuerpo para despertar.
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